Page 9 - El Maestro
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El arribo
Quién diría que alguna vez volvería a pisar esta hermosa tierra “Chontales” como lo describió el poeta Carlos Bravo “La tierra donde los ríos son de leche y sus piedras de cuajada”. Poco a poco me acerco a mi destino, la ciudad de Juigalpa su orgullosa cabecera departamental, destacada por su belleza natural. Cierro mis ojos y aun así de mi mente no se aleja esa imagen que se grabó de forma delirante e imponente, esa maravillosa vista de la Cordillera de Amerrique1∗ que desde el mirador de Palo Solo se puede contemplar. Me siento nostálgico por aquellos recuerdos que no se borran desde hace más de 25 años...
Me acuerdo cuando llegué a estas tierras por primera vez; cuando inicie este viaje desde Managua, mientras viajaba en el bus, me acordaba de las historias contadas por mi abuelo. Hubiera querido viajar desde Granada, abordar el famoso Vapor Victoria, enorme navío que según relataba mi viejo pesaba más de 150 toneladas. Majestuoso cruzaba el gran Lago de Nicaragua hasta llegar a Puerto Díaz. Mi viejo decía que algunas veces si se tenía suerte se podía ver aunque sea de lejos al
1 Amerrisque o Amerrique "lugar del viento" o "donde el viento sopla"
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